Y yo le dije al Mago: Tu que nos fuiste regalada en este pedazo de tiempo degenerado para que nos guies y nos rompas en cinco pedazos, estas ya en tus últimos momentos de vida. Eres la vieja bruja de cada cuento de hadas, la manzana que no tiene Veneno, si no Sabiduría, que es el antidoto al Veneno. Ahora que tus huesos se rompen facilmente, no lloras ni te quejas. Solo callas y esperas la hora del Encuentro. Y aun con el reloj que anda y no para, sigues guiándonos y rompiéndonos. Quizas ahora mas que antes. Cuando tu carne sea tan ligéra como la de un pajarito y escarbemos con nuestros dedos tu pungiente tumba: El escarbar sin parar será, quizás, tu última lección.
Y el Mago me contestó: Niña, pero que hablas?! No existen las últimas lecciones. Mis semillas están dentro tuyo ya, germinando y creciendo a su buen tiempo, en tu mente, cuerpo y boca. Eres mi testimonio que respira, la fruta que madura para regar estas semillas mías, de mis antepasados. Por que no existen las últimas lecciones, no existe tampoco la Desaparición Completa. Tus huesos y los míos, son al final de todo, el abono que se riega por los vientos.
Conversación oída por Ana Montero, Agosto 2013, Toronto.