Se que estas pasando por momentos duros tras la muerte de tu madre. Te debes preguntar que le has hecho a la vida para que te de tanto dolor. Pero debes leer esto, por que quizás te puede brindar cierta calma, una perspectiva diferente.
Cuando somos niños vivimos la vida pensando que la muerte no existe, aún si la hemos visto de cerca, por que una animalito se nos murió o una abuela quizás. A medida que nos volvemos adultos, nos damos cuenta de la farsa que hemos estado viviendo. Nos damos cuenta, que esta vida, no termina mas que en la muerte! No podemos irnos de ninguna otra manera que al morir y al dejar o ser dejados completamente.
Es verdad esto, realmente?
Lo que pasa es que somos seres un poco simples, Silvia y solo vemos lo que sentimos y percibimos con nuestros sentidos: vista, sabor, oído… sentidos….
Pero hay otros sentidos que nosotros también tenemos, sentidos que no funcionan solo en esta dimensión, lugar y espacio. Tenemos sentidos que no tienen nombre, o si los tuvieron, yo no se sus nombres, o quizás se han perdido o quizás no.
Pero son los sentidos donde puedes poner tus labios aún en la cara de tu madre, donde puedes sentir sus caricias en tu cuello, de la misma manera contundente y real con que lees estas letras.
Son sentidos un poco atrofiados por la mayoría de personas, pero que igual funcionan.
Ahora que no encuentras a tu madre en los cuartos de tu casa, te aseguro que sigue allí. Quizás un poco ocupada con tantas cosas increíbles y maravillosas y serias también en la que debe poner su atención. Pero tambien esta alli, para darte un poco de su tiempo y todo su amor.
Nuestra cultura humana, básica y un poco tonta, nos dice que si no ves a tu mama allí, ella no esta. Pero eso no es verdad.
Te aseguro que no es verdad.
No se mucho en esta vida, Silvia, pero si se esto: Lo que no sabemos toma el espacio de todo el universo, que es infinito, y dentro de ese no-saber, vivimos todos juntos. Vive alli: tu mama y su vestido favorito, y la vez que te hiciste daño con el vidrio cortado y ella limpió y sanó tu herida. Esta alli, el dia que naciste y el dia que nació ella también.
Es ahora tu deber como persona de carne y hueso, de sangre y células, que esta aquí conmigo, seguir manteniendo una relación con tu mama, asi como si la vieras. Anda con ella a alguna fiesta, comparte con ella un almuerzo delicioso. Se una buena persona, por que eso es ser una buena hija. Aún. Si, aún, Silvia.
Ten fe en ti misma, ten fe en los sueños que tendrás con ella un día. Los sueños de los cuales un dia te levantaras oliendo su perfume natural, sintiendo su calor en la piel. Ten la completa seguridad que no es un simple sueño que has tenido, si no un encuentro en algun lugar.
Un lugar que desconozco, pero que no interesa donde es.
Es un encuentro real, asi como te la encontrabas en el mercado o los domingos en su casa. Tal cual.
Ahora que tu mama no puede ser vista con tus ojos mortales, desarrolla tus otros ojos. Esta es tu oportunidad, Silvia.
La oportunidad de que en esta vida, seas un mago con poderes extra sensoriales. La muerte de tu madre es tu oportunidad secreta, que vive solo en ti y para ti. En una perla en tu corazón, en tu centro, que lleva consigo todo tu potencial de ser.
Espera con ansias los momentos de encuentro por que pronto tu tampoco estarás aquí en este cuarto, ni yo. Estaremos esperando encuentro con nuestros hijos e hijas. Nosotras los antepasados que somos llorados. Ancestros las dos.
Pero la responsabilidad de la persona viva, es reir, y amar y sentir gozo, por que la vida es super corta y tenemos que sufrir un poco y reir mucho. Aprender de todo. Y esto es la segunda razón de mi carta.
Llora que no puedes verla con tus ojos mortales. Llora como niña que no tiene lo que tanto anhela. Pero dentro de la tristeza e impotencia, también dale espacio a la posibilidad que eres un mago por nacer. Hazlo por tu madre, por ti.
Hazlo por esta extraña a quien le importas.
Cuando termines de llorar, pon tu mira en otra cosa, pon tu mira en lo que quieres tener, aprender, saber….
Eso te lo debes a ti, y te lo debes a tu madre.
Ella no se puede ver con los ojos mortales mas, pero puedes verla con los ojos de tu alma.
Y esos ojos tienen visión perfecta, querida Silvia.
Ana Montero
*Esta carta es real. Fue el pedido de una mujer preocupada por su hermana después de la muerte de su madre. Fué enviada por medio de Facebook.