El Abrazo del Espíritu de Machu Picchu (con Evidencia Fotográfica)

Yo no queria ir a Machu Picchu. Admito que decidí ir por dos cosas: por que Sebastian y yo nos encontrábamos en Urubamba (que queda muy cerca a Aguas Calientes) y por que si al fin visitaba la tan famosa ciudadela Inca, quizás las personas de otras nacionalidades que viven en Toronto como yo, dejarían de hacerme la misma pregunta luego de saber que soy Peruana: “Conoces Machu Picchu?” y  ya no se encontrarían con un seco y vacío “No”. Entonces mi viaje a Machu Picchu fue una cuestión administrativa, algo para hacerme la vida mas llevadera y quizás armonizar y entretener a personas extrañas con mi experiencia en esa supuesta Maravilla del Nuevo Mundo.

IMG_0791No supe que al llegar a Aguas Calientes, mi mente estaria lejos de ruinas Incaicas y estaria cautivada y estupidizada por la naturaleza a mi alrededor.  El mundo al cual yo he estado acostumbrada simplemente dejo de existir y en su lugar un universo verde hizo un big bang y me encontre rodeada de gigantes verdes que me miraban todos detenidamente, todos a su manera, con mal humor, otros con desdeño y otros simplemente me ignoraban. Immediatemente me pregunte si realmente era necesario moverme de donde me habia depositado el tren. Podria haberme quedado mirando estos gigantes verdes todo el dia.

Pero teniamos que seguir con el viaje y nos subimos al bus que nos llevaria a Machu Picchu. Cuando el pequeno bus compenzo a subir la montana y comenze a ver claramente una montana verde muy parada y media redonda, rodeada de otras masivas montañas, tuve que taparme la boca para no ponerme a gritar y a reir desquiciadamente. It was too much!  No lo podia creer! Era imposible que tanta belleza existiera y menos aun que yo tenga la suerte de verla! Sebastian me cuenta que lo unico que yo le decia entre risas incrédulas era: «Esto es ridículo! Imposible….»

IMG_0848Una vez en la Ciudadela, encontramos un lugar frente de esa montaña redonda y bonita, con forma de pepinillo, llamada Putucusi y pasamos mucho tiempo, admirandola, meditando, diciendo mantras, haciendo mudras y tomando fotos. Cuando habia pasado mas de una hora y media, comenzamos a conocer la ciudadela, tomando unos breaks para seguir viendo a «nuestra» montaña. La verdad es que todo el viaje de Toronto-Lima-Cuzco-Aguas Calientes valió la pena solo para ver a Putucusi y regresaria nuevamente para estar allí.

Por alguna razón que desconozco quize, en contra de mi naturaleza sedentaria, bajar la montana Machu Picchu a pie, con sus escaleras naturales y hechas a mano, con toda clase de irregularidades que harian el trabajo triplemente difícil y como ya me habia pasado dos horas repitiendo mantras en la ciudadela, decidi cantar la mantra de Green Tara (Om Tare Tutare Ture Soha) al ritmo de los sonidos nuestros pies al bajar las escaleras. Puedo decir que el bajar la montana fue mas difícil de lo que pensé y que no pude ver a Putucusi con la comodidad y claridad que deseaba, o de la manera que hubiera podido verla desde el bus de bajada. Pero si pude disfrutar con Sebastian los cientos de diferentes plantas y flores y animales que se cruzaban en nuestro camino. Y vi los lugares escondidos y misteriosos de una selva vibrante y recluida tambien que nos tentaban a salirnos de nuestro sendero.

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Y simplemente no me percate que en un tramo de la bajada por la montana habiamos tenido un visitante etéreo que nos habia saludados y es mas….me habia dado el equivalente energético de un beso y abrazo.

Al regresar a Aguas Calientes para esperar a nuestro tren de las 9:30pm hacia Ollantaytambo, decidimos encontrar un cuarto de hotel para descansar y tomar una siesta. Al despertarnos, Sebastian comenzó a ver las fotos de nuestra aventura a Machu Picchu y su cara al ver algunas fotos, me hizo pensar que había pasado algo malo, quizás se habían borrado las fotos?

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Era que había visto unas fotos, diferente a las demás donde yo estaba rodeada de “algo” blanco. Primero pensé quizás que era algún reflejo del sol, aunque los reflejos del sol son mas brillosos y simétricos.

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Pero fue al ver las otras tres fotos que pensé que algo «interesante» había sucedido. Debo aclarar que estas fotos no han sido cortadas ni photoshopped, y no tienen flash y que de las mas de 150 fotos tomadas ese día, solo estas fotos tienen esta nube blanca (de varios tamaños). Estas fotos fueron tomadas entre las 12:45pm y 12:49pm Jueves 4 de Julio 2013.

Cuando entramos al tren que nos llevaría de regreso al Valle Sagrado, se sentó a mi lado un hombre con una bella energía. Su nombre era Jose del Pozo y al poco tiempo de que comenzamos a conversar, fue obvio que éramos dos personas «diferentes» teniendo una conversación «diferente». Jose era un hombre muy sabio en temas esotéricos andinos y de una manera muy humilde, trabaja canalizando Energia de Amor y Sanación al mundo, aunque lo hace muy privadamente con un grupo de personas igual que el. Le enseñé las fotos, y se sonrió y me dijo que eso era un «maestro», también llamado Apu, que seguramente se había atraído a mi por las mantras que yo había recitado. Jose me dijo algo en lo cual todavía pienso. Me dijo muy seriamente: «Ana, no creas que nosotros solo somos los que venimos cambiados con un encuentro en Machu Picchu y en esta área, muchas veces somos nosotros los que cambiamos y activamos la energía cuando vamos por allí.» Sin que el lo supiera, Jose me dijo algo importante que me ayuda en mi investigación privada de la Naturaleza de la Energía. Le agradezco mucho por esto, Jose, este donde este.

No se si las fotos son o no son del Apu de Machu Picchu, lo que si se y estoy segura es que mi encuentro con Jose de Pozo no fue coincidencia ni en vano. La foto de abajo es mi favorita.

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Ana Montero, Instructora de Meditación Mindfulness y Terapeuta Contemplativa. Toronto, Canada.

El Mago: Las Últimas Lecciones

Dakini_Tibet goldY yo le dije al Mago: Tu que nos fuiste regalada en este pedazo de tiempo degenerado para que nos guies y nos rompas en cinco pedazos, estas ya en tus últimos momentos de vida. Eres la vieja bruja de cada cuento de hadas, la manzana que no tiene Veneno, si no Sabiduría, que es el antidoto al Veneno. Ahora que tus huesos se rompen facilmente, no lloras ni te quejas. Solo callas y esperas la hora del Encuentro. Y aun con el reloj que anda y no para, sigues guiándonos y rompiéndonos. Quizas ahora mas que antes. Cuando tu carne sea tan ligéra como la de un pajarito y escarbemos con nuestros dedos tu pungiente tumba: El escarbar sin parar será, quizás, tu última lección.

Y el Mago me contestó: Niña, pero que hablas?! No existen las últimas lecciones. Mis semillas están dentro tuyo ya, germinando y creciendo a su buen tiempo, en tu mente, cuerpo y boca. Eres mi testimonio que respira, la fruta que madura para regar estas semillas mías, de mis antepasados. Por que no existen las últimas lecciones, no existe tampoco la Desaparición Completa. Tus huesos y los míos, son al final de todo, el abono que se riega por los vientos.

Conversación oída por Ana Montero, Agosto 2013, Toronto.